Our Eternal Home

Our Eternal Home

Walking along the graves, looking at the ice cold tomb stones, certainly provokes entire array of emotions within us.  There are so many memories hidden beneath.  Reading those last names, so many of them, some more familiar others completely foreign to us – all this makes us think – who were those people, I mean when they were still alive, what were they like.

From the number displayed beside the name, we try to count how many years ago have they died; when were they actually born, how old were they at their death.  And then me wake those comparison – he died in the same year as my friend; she was as old as my sister; he was born same year as my grandfather.  And so our imagination provokes entire array of emotions within us – remembering the past – and looking towards the unpredictable future full of uncertainties, dangers & possibilities.

Then you arrive to your destination, the person that you first intended to visit: +Anna Wojcik 1975 – 2005 “May she Rest in Peace”. (she was my big sister.)  Here I stop, staring at the picture of my dear sister, reading once more the numbers, contemplating the pretty flowers.  Here comes the real flood of sentiments.  All those years of memories engraved in my brain are now locked for all eternity in this stone.  The memories become shorter, they fade a bit, they come and go.

The purpose of visiting the cemeteries, is to relive once more the relationship we once initiated and sustained trough out our life.  The memories fade away, but the relationships, they remain forever.  We say: “Here is my sister”, “my friend”, “my husband” – those are not the titles – but the expressions of what degree of familiarity did we develop with those persons.  And hose friendships still remain strong forever.

Go there!  Walk along the tombstones, reading names and numbers, find your friend, and listen, allow the memories to flood your heart, mind and soul, and listen to them, don’t talk, just listen to that voice, just listen…

     Your Brother in Christ, Fr. Gregory.

 

Nuestra Morada Eterna

Caminando por las tumbas y mirando a las heladas lapidas, ciertamente provoca toda una serie de emociones dentro de nosotros. Hay muchas emociones escondidas debajo de ellas. Al leer esos nombres, algunos más conocidos que otros y ajenos a nosotros – nos lleva a pensar – quienes eran estas personas y como eran.

Por el número que aparece al lado del nombre tratamos de contar hace cuantos años estas personas fallecieron; en realidad cuando nacieron, cuantos años tenían cuando murieron. Es ahí donde comienza uno a hacer comparaciones – el falleció en el mismo año que mi amigo; ella tenía la misma edad que mi hermana; el nació el mismo año que mi abuelo. Entonces nuestra imaginación provoca toda una serie de emociones dentro de nosotros – recordando el pasado y mirando hacia el impredecible futuro, lleno de incertidumbres, peligros y posibilidades.

Y al llegar a donde realmente te dirigías, a ver la persona que desde el principio tuviste la intención de visitar: †Anna Wojcik 1975-2005 “Descansa en Paz”. (Ella era mi hermana mayor). Aquí me detengo, mirando fijamente la foto de mi querida hermana, leyendo una vez más esos números, contemplando las flores tan bonitas. Aquí es donde realmente me inundan los sentimientos. Todos esos años de recuerdos gravados en mi memoria ahora están encerrados por toda la eternidad en esta tumba.

Los recuerdos se hacen pequeños, se desvanecen, vienen y van.

El propósito de visitar los cementerios, es el reavivar una vez más la relación que alguna vez iniciamos y sostuvimos durante nuestra vida. Los recuerdos se desvanecen pero la amistad permanece por siempre. Podemos decir: “Aquí está mi hermana, mi amigo, mi esposo”- estos no son solo títulos sino que son expresiones del grado de familiaridad que  desarrollamos con estas personas y esas amistades aún siguen estando fuertes y serán para siempre.

Ve! Camina por las tumbas, lee los nombres y los números, encuentra a tu amigo y escucha. Deja que los recuerdos invadan tu corazón, tu mente y tu espíritu y escúchalos no solo camines, escucha esa voz, solo escucha…

     Su Hermano en Cristo, Padre Goyo.